Hoy en día gran parte de los motivos por los que los pacientes acuden al dentista tiene que ver con el reemplazo de una o más piezas dentales perdidas, actualmente esto es solucionado gracias a la existencia de los implantes dentales. El descubrimiento de los implantes dentales ha sido un hecho que ha revolucionado por completo la odontología, hoy en día nos permite reemplazar estructuras orales perdidas y con los incesantes avances tecnológicos se ha transformado en un tratamiento fácil y aceptado. La instalación de implantes dentales por parte del profesional permitirá sujetar la prótesis fija o corona que reemplazará el diente perdido, es por esto, que al ser una herramienta al servicio de la prótesis, estas fijaciones deben tener una distribución, posición, inclinación, largo y ancho óptimos. Sin embargo, cuando el profesional no cuenta con los conocimientos adecuados o realiza una mala planificación, los implantes pueden quedar en una posición inadecuada, lo cual determina que sea imposible rehabilitarlos con una prótesis fija, obteniendo pobres resultados estéticos o con mal pronóstico, y es aquí donde se debe indicar la remoción del implante. Ésta, corresponde a la última alternativa, ya que es una técnica compleja que debe ser llevada a cabo por profesionales capacitados y con experiencia.
La remoción de un implante es llevada a cabo mediante una intervención quirúrgica realizada, bajo anestesia local que puede ser acompañada por sedación oral o consciente, la cual consiste en ingresar con una máquina especial, llamada “Fixture Remover” que gira el implante en sentido contrario. Viene con una pieza especial que se introduce en el lecho interno del implante, atornillándose al tornillo del pilar protésico, para que luego mediante un movimiento de contratorque permita quebrar la interface entre el hueso y el dispositivo y de esta forma permitir desenroscar el implante del hueso.
También existe un sistema convencional para remover implantes que se realiza mediante una fresa llamada “Trefina”, la cual tiene una forma de fresa de copa y su diámetro interno debe tener el diámetro máximo del implante, de manera que al remover el implante también se remueve parte de hueso, por lo que resulta ser un sistema poco conservador de tejido óseo en este sentido.